Antes de que Barack Obama se postulara a la presidencia, recuerdo que pensaba que nunca habría un presidente negro en mi vida. Y recuerdo que me sentí abrumado, incluso con lágrimas en los ojos, cuando vi por televisión a la nueva familia presidencial subir al escenario en el Grant Park de Chicago. No fue tanto la imagen del presidente Obama lo que me impactó, sino ver a Michelle y a las niñas, y a la anciana suegra de Barack, que vivirían con dignidad y respeto en la Casa Blanca.
Read MoreBefore Barack Obama ran for president, I remember thinking there would never be a black president in my lifetime. And I remember feeling overwhelmed, even tearful, when I watched on television as the new First Family walked on the stage at Grant Park in Chicago. It wasn’t so much the sight of President Obama that got to me. It was seeing Michelle and the girls, and Barak’s aged mother-in-law who would be living in dignity and esteem in the White House.
Read MoreRead MoreSu forma de hablar es tan importante como sus bromas. Si te doy los detalles, te distraerías porque el tono y los sentimientos eran primordiales. Sentimientos que recuerdo ahora: tristeza, humor, risas, verdad finamente cortada, melancolía inteligente, tristeza espesa.
Todo eso en sentimientos de una sola línea. Ocho minutos, 23 segundos.
